Cruzó corriendo cuando ya no había tiempo, al llegar al otro lado, los gritos y el chillido de el frenazo, así como un extraño sobresalto le hicieron temer lo peor. De nada sirvieron los planes y los preparativos, ni el estudio o los lamentosos años de mentiras y traiciones. Al darse vuelta y mirar, se dio cuenta de que efectivamente, estaba muerto
4 comentarios:
Hace unos cuantos meses escribí una frase que decía... "Que triste forma de morir, cruzó Avenida Rivadavia para tomar un trago de ginebra en el bar..." y aún me duele...la frase y la imágen aunque aún no sucedieron.
hasta tus silencios y tus invisibles hablan!
Amorexia...me acaban de llamar por fono...El no fué... pero sí un amigo muy cercano... se tiró abajo del tren... si pasó o no por la copa no lo sé y ya no importa... te robo un abrazo y a todos los que nos acompàñan en la blogoesfera...lpm no existen las casualidades...
No amiga... no existen... todas las ficciones le pertenecen a una realidad.
Un abrazo lejano desde acá.
¿y que pasó después? una simple alma perdida
Publicar un comentario