Siempre he creído que las letras saben mejor con el sabor oxido del café y el cigarro, imagínate solo echarte en la boca un trago pequeño de café con una bocanada de Benedetti, dejártelos en los labios, sostener ambos sabores en los mismos, y cuando finalmente se diluyan hacia la garganta, fumar un poco, apenas antes del siguiente trago de letras...